A diferencia de hace no demasiados años, cuando lo normal era que bastantes personas fueran incapaces incluso de pronunciar la palabra, actualmente la labor del fisioterapeuta es más que conocida.
Fracturas, problemas musculares, reumatológicos, desviaciones de columna, recuperación de la capacidad de caminar tras un accidente… Son campos clásicos donde es de sobra conocida la labor del fisioterapeuta. A esto se unen muchos campos más específicos, como la fisioterapia en neurología, pediatría, afecciones respiratorias, etc. Por poner ejemplos de la diversidad de campos de actuación, incluso cada vez se conoce y reconoce más la actuación de la Fisioterapia en el tratamiento de lesiones en animales.
La labor curativa de la Fisioterapia es una competencia conocida, respetada y que cada vez se extiende más. Sin embargo, ésto no debe hacernos olvidar otro campo muy importante: la actuación preventiva.
Los consejos de salud, ya sea dados a un individuo en particular, o bien a un grupo o colectivo (como puedan ser programas de salud para cuidadores, escolares, trabajadores de limpieza o jardinería…) son una herramienta beneficiosa que ayuda a evitar hábitos nocivos e instaurar otras actitudes más saludables.
Además, desde la Fisioterapia se puede realizar un entrenamiento específico en personas que tengan riesgo de sufrir una lesión, por ejemplo, en deportistas, peluqueros, jardineros y otras profesiones en las que exista tendencia a sufrir ciertas patologías musculoesqueléticas muy específicas. Con consejos preventivos y actividades de entrenamiento específico, así como ciertas medidas (vendajes, rodilleras, tobilleras…) pueden hacer que la labor desempeñada tenga un riesgo mucho más bajo.
También los tratamientos pasivos (masaje, movilizaciones, estiramientos, técnicas manuales específicas…) pueden ser un gran aliado para tratar problemas locales.
Además, el acudir al fisioterapeuta de forma temprana es una forma muy asequible (desde el punto de vista sanitario y económico) de detectar problemas y ponerles remedio antes de que el tratamiento sea más largo, delicado y costoso. La actuación precoz puede ayudar a ver alertas que hagan pensar en la necesidad de derivar a otro profesional, para que el tratamiento sea lo más satisfactorio posible.
La parte física es muy importante, y supone el receptor principal de los tratamientos fisioterápicos. No obstante, para la labor preventiva, y para que el tratamiento funcione adecuadamente, es imprescindible trabajar con el paciente a nivel mental.
La información al paciente (o usuario, ya que el objetivo de estas medidas preventivas es que no lleguen a ser paciente) es muy importante, por lo que es útil una educación sobre cómo y por qué se produce el dolor, los procesos mentales que lo provocan y perpetúan, así como del papel activo que tiene toda persona en la prevención y tratamiento de las dolencias. Éstas son unas herramientas indispensables para el mantenimiento del estado de salud, por lo que el tratamiento no debe quedarse únicamente en técnicas pasivas y/o activas, sino que debes ser mucho más integrador, abarcando también el componente mental.
Actuando antes de que el problema se instaure y conociendo los mecanismos que favorecen y mantienen la aparición de dolencias, enfermedades y lesiones tendrán los sujetos herramientas para ser dueños de su propio bienestar.